martes, 22 de julio de 2014

La bareta se da la pela en el Congreso

El partido Liberal quiere permitir la marihuana con receta médica y ya aparecieron los primeros aguafiestas ¿Empezó el pulso por la legalización de la hierba en Colombia?


Juan Manuel quiere ser el Galán de María Juana. Así quedó evidenciado en la instalación del Congreso, cuando el presidente de la Comisión Primera del Senado, y líder de la bancada liberal, presentó un proyecto de ley que busca legalizar el uso de marihuana “con fines medicinales y terapéuticos”.


Lo interesante de esta propuesta es que desde ya se siente en el ambiente legislativo el pisquero de un debate a fondo sobre los diferentes usos de la aromática hierba, entre ellos el consumo recreativo.

Precisamente por eso –asegura un analista político contactado por Canábica- es que los sectores más recalcitrantes del legislativo, encabezados por el expresidente Uribe y su secuaz José Obdulio Gaviria, anunciaron oposición total a la iniciativa, la cual, según dijeron, debió haber sido formulada por “un periodista deportivo trabado”.

Según fuentes del Congreso consultadas por este medio, una de las estrategias de los liberales es conseguir que el ahora senador Uribe cambie sus famosas goticas de valeriana por ploncitos de marihuana, para que compruebe en carnita propia las bondades de la hierba más perseguida pero al mismo tiempo más amada de Colombia.

Por su parte -agrega el experto en estrategia política- el Centro Democrático utilizará sus más reconocidas armas para boicotear la iniciativa. Se dice, por ejemplo, que la cuenta de HI5 del senador Galán fue hackeada y que de la casa de su mamá desaparecieron dos memorias de Play Station II en las que tenía guardadas importantes partidas de Fifa 2013 disputadas con su hermano Claudio.

Asímismo se habla de una supuesta grabación en la que se ve a Juan Manuel Galán fumándose un bareto el pasado 29 de octubre, justo antes de escribir en Twitter: Si no soy la primera votación el 9 de Marzo, el 10 de marzo Renuncio a mi credencial!

Por fortuna para los marihuaneros, y como digno representante de la clase política criolla, el delfín no cumplió su promesa y ahora se perfila como el redentor de la fundimia colombiana. Eso sí, antes tiene la difícil tarea de convencer a Uribe y a José Obdulio de hacer de este el congreso más canábico de la historia de Colombia.