miércoles, 10 de diciembre de 2014

Amigo fumón, ya no pueden encanarlo por llevar encima un buen moño

La Corte Suprema de Justicia determinó que los marihuanos pueden portar una cantidad muy superior a la dosis mínima si esta es para el consumo propio. Además regañó a tombos y rayas por judicializar consumidores y los mandó a perseguir a los verdaderos delincuentes.



La próxima vez que los tombos lo cojan cargado, no tiemble; simplemente recuerde el nombre de John Henry Montoya Bustamante. John Henry no pertenece a la oficina de Envigado y ni siquiera maneja una moto de alto cilindraje, por el contrario este joven antioqueño es uno de los más grandes próceres de la marihuanidad colombiana.

La heroica historia de este noble fumón empezó cuando dos amurados policías lo sorprendieron con 52 gramos de marihuana (más de la dosis mínima, que es 22 gramos) y decidieron judicializarlo con ayuda de un desocupado fiscal, de esos que dejan de investigar casos de homicidio y prefieren empapelar a un marihuanero de barrio.

Tras un canazo y un engorroso juicio, la Corte Suprema de Justicia salió en defensa de Montoya Bustamante y dictaminó que el joven es inocente, pues según el alto tribunal, el hecho de portar una cantidad superior de la dosis mínima de marihuana no constituye un delito.

Es aquí cuando el nombre de John Henry se convierte en un hito para los fumones colombianos, pues en su fallo la Corte da a entender que el marihuanero se puede aprovisionar para todo un mes sin temor a ser perseguido como delincuente, ya que para encarcelar a alguien por porte de bareta tiene que demostrarse que esta no es para consumo propio.

Además de eso, gracias a este agremiado injustamente preso la Policía y la Fiscalía recibieron un fuerte regañó de la Corte, que les ordenó dejar de perseguir y maltratar a los consumidores y los mandó a capturar a los "verdaderos traficantes de narcóticos".

Pese al sacrificio de John Henry y al histórico fallo judicial, recuerde, querido fumón, seguir las reglas del buen marihuano, pues siempre existe la posibilidad de terminar en un calabozo por un tombo enamorado.