El buen marihuano conoce las milenarias reglas de la traba callejera y las respeta, porque sabe que de ello dependen su seguridad y su goce.
Por eso Canábica presenta Las '10' del marihuano, un pequeño decálogo con las normas que todo fumón debe saber y tener en cuenta para evitar que su traba no termine en un UPJotazo.
Las ‘10’ del marihuano
1. Anda ligero
El buen marihuano saca solo lo que se va a fumar, nunca anda más cargado de lo necesario.Esta es la más elemental de las reglas canábicas. El volumen de la bara santa hace difícil esconderla de las autoridades, por eso lo más recomendable es andar con unos pocos gramos para, en caso de ser interceptado por la ley, librarse fácilmente de los cargos.
2. En la juega
Es rápido para pegarlo y evita llamar la atención. Todo colino sabe que entre menos tiempo tarde armando el porro, menos posibilidades existen de ser sorprendido por los tombos. De la misma forma, entre menos llame la atención, la traba pasará desapercibida para los demás y la experiencia será segura y placentera sí mismo.
3. El duende...el que lo pega lo prende.
Regla fundamental para regular la fuma. El que lo pega lo prende, el que pone la bareta va de segundo en la ronda, el del cuero va de tercero y el gorrón, último. Faltar a esta regla es un irrespeto manifiesto para el arquitecto que pone su talento al servicio del carbure.
4. Al que camina Dios lo ayuda
Fumón que se respete nunca se queda parqueado a fumar y siempre la camina. Además, evita las zonas concurridas y las calles principales. Esta es una de las reglas más importantes en cuanto a seguridad marihuanil se refiere. Sentarse en un parque o pararse en una esquina a pegarlo, contrario a lo que se cree, es un error común que debe evitarse, ya que el agremiado queda en evidencia ante una eventual ronda de las autoridades y también es blanco fácil de la odiosa colaboración ciudadana (el sapo que llama a los tombos). Caminarla reduce el riesgo de ser sorprendido y le da al carburante un margen de maniobra en caso de que se acerque una moto o una patrulla.
5. Ni mujeres ni niños
Si cargas en tu consciencia no quieres llevar, mujeres embarazadas y niños en tu camino debes evitar. Evite que su estela de humo se cruce en el camino de niños o mujeres embarazadas. Hasta el más descarado de los marihuaneros debe tener en cuenta ciertas restricciones a la hora de fundir. Los niños y los nonacidos no saben y no deben conocer las cuestiones de la fundimia. Tendrán que esperar para disfrutar de los placeres de la bareta.
6. La avanzada
Si vas acompañado, manda a un colega a la esquina para que le cante la zona. Es una clásica táctica militar en la que la responsabilidad de cuidar cualquier aproximación de la ley recae en el agremiado que no tenga el bareto en su poder. Luego, cuando el porro rueda, los papeles se invierten y quien ya fumó cumple las funciones de campanero, mientras el otrora vigilante se traba.
7. Me fumo lo mío
Un fundidor que sepa sobre su gremio no goterea, compra. No hay nada más fastidioso que un gorrero que no deja fumar en paz. Por eso, el buen marihuano sabe que fumón que se respete porta lo suyo.
Nota: el dicho ‘la marihuana no se niega’, no sirve en este punto.
8. Trábame que yo te trabaré
Un marihuano comparte con otros agremiados, pero está en su derecho de negarle un plon a un chirri. ‘La marihuana no se le niega a nadie’ reza el viejo adagio. El gremio marihuanil es mundialmente conocido por su solidaridad. Todo agremiado salva a su colega varado siempre que pueda, pero no es aceptable ser concha y estar esperando siempre que le lancen el salvavidas, por eso es válido negarle hierba a un chirrite que te importune la traba con su gotereo.
9. Conserva la calma y vencerás
El buen marihuano siempre conserva la calma y sabe tratar a los tombos. Un fumón experimentado sabe que en algún momento de su vida será sorprendido por la Policía trabándose en la calle, pero también sabe que la clave para lidiar con esta situación es mantener la calma, no paniquearse y saber tratar a los servidores de la ley. En pocos segundos el agremiado develará la intención del tombo, que casi siempre será sacar alguna tajada de la contravención. Por eso lo último que hace el marihuano es sobornarlo, y de hacerlo, siempre regatea. Tristemente, el moño que te incautan luego se lo fumarán los cerdos.
10. La pata tiene la sustancia
La pata se fuma hasta el final y no desperdicia. Indiscutiblemente, la mejor parte del bareto es el final: la pata. El marihuano conocedor sabe que la pata es la que contiene la sustancia, la carne, la proteína, por eso sabe apreciarla y la disfruta hasta hacerla desaparecer. La marihuana, aunque abunda en el universo, no se desperdicia. Si no se quiere fumar la pata, no la bote, guárdela y a final de mes se podrá armar un ‘rey de reyes’.
Nota final: la experiencia marhuanil ha demostrado que estas reglas sí son para respetarlas.
Bacanos los 10.
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