martes, 3 de septiembre de 2013

Lalo, el primero que le cantó a Juana

La canción de amor de Lalo a su María Juana
Lalo, el primero que le cantó a Juana
Antes que Manu Chau, Café Tacuba y Pernet, estuvo Lalo Guerrero, el chicano que hace más de 50 años compuso el clásico inmortal Marihuana Boogie, y que se convirtió en uno de los primeros artistas en grabar una canción explícita sobre la ganja. Luego su pegajosa tonada fue interpretada por otros famosos cantantes.
Nadie se explica aun cómo la canción de Lalo escapó a la censura de Edgar Hoover y sus sabuesos del FBI. Lo único cierto es que en 1949 este tema del padre de la música chicana, que supuestamente estaba dedicado a su novia: Juana, terminó convertido en el himno de cientos de miles de amantes de la Dama de los Cabellos Ardientes en Estados Unidos.
“Yo tengo una novia que se llama Juana, pero ya todos los batos le dicen Marihuana”, dice la rola marihuanil que Guerrero y el grupo Los Cinco Lobos grabaron para la disquera Imperial Records de Los Ángeles, California, y que quedó como legado para las futuras generaciones de fumones.
La receta del éxito de Lalo fue mezclar el boogie, pegajoso ritmo de moda por la época, y el consumo de marihuana, muy extendido entonces en las noches de bohemia de la creciente comunidad chicana.
Un agremiado honoris causa (Lalo no era fumón)
Pese a que su canción ha sido un himno y un referente de los marihuaneros por más de medio siglo, Canábica logró establecer que el compositor e intérprete original de Marihuana Boogie no era un consumidor habitual de la hierba a la que le profesó su amor.
En entrevista exclusiva con Canábica, Mark Guerrero, hijo del abstemio pero simpatizante  Lalo, dijo que a su padre le surgió la idea de hacer la canción al ver que la marihuana era una asidua invitada de sus colegas músicos y paisanos a sus fiestas y sesiones de grabación.
“Él me contó que algunos miembros de su banda le dieron a probar el porro cuando era joven. Dijo que le dolió la garganta y decidió que no era buena para su voz de cantante”, agrega Mark al explicar que su padre no era fumón.
De acuerdo con Guerrero Junior, Lalo no volvería probar la hierba que lo hizo tan famoso hasta el invierno de 1986, cuando, para celebrar su onomástico y la navidad, Mark y su hermano le regalaron un delicioso kenke cumpleañero. “Fumamos los tres esa noche, mi papá se rió mucho y la pasó muy bien”.
Un porro que no se termina
El boogie de la Marihuana no se quedaría atrapado en los viejos transistores y en las estaciones de radio de antaño, sino que su seductor buqué llegaría a la pantalla grande en la década del setenta en la banda sonora de la película Zoot Suit de Luis Valdez, referente fílmico de los mexicoamericanos.
Años más tarde y con el boom de la tecnología, cada agremiado del mundo con acceso a un computador puede tener frente a sus ojos y oídos la gran canción que se niega a desaparecer, como si se tratara de un delicioso porro que se resiste a terminarse.
Artistas como Café Tabuna y Manu Chau harían sus propias versiones del himno que nos dejó Lalo y que por siempre vivirá en nuestras gargantas y nuestros pulmones.

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