lunes, 30 de diciembre de 2013

Agüeros y trucos para empezar el año bien trabado


No se patrasee en estas fiestas decembrinas. Canábica le enseña trucos para que lo unico que se le queme en navidad sea su bareto; y para que empiece el 2014 lleno de buenas energías marihuaniles.

Amigo agremiado, tenga en cuenta estos sencillos concejos para que darse en la cabeza no se le convierta en un dolor de cabeza en año nuevo y para que el 2014 este lleno de moños y trabas:

- No se prive de las delicias que la abuela y las tías le van a ofrecer en estas fiestas, antes de la cena de fin de año fúmese un bareto bien grande para que se le abra el apetito, y cuando termine de comer (el buen marihuanero siempre repite plato), fúmese otro para hacer la digestión.
- Recuerde que es época de abrazos, tenga cuidado con el pisquero antes de desearle el feliz año a su mamá, sus primitos y los tíos imprudentes. Darle una vuelta a la pisca por el vecindario y un chicle no sobran.
- Tenga listo un porro para el guayabo del primero de enero. Recuerde que ese dìa ni los jìbaros trabajan.
- Si viaja a tierra caliente, hidrátese constantemente para lidiar la seca y póngase un buen sombrero para que no se motoree.
- Si va a viajar, recuerde llevar lo suyo, pero cuidado con los controles de los aeropuertos y los retenes de las carreteras.
- No olvide sacarse el moño de los calzoncillos antes de meterse al mar.
- Si por trabado y por aficionado mojó la bareta en el mar o la piscina, póngala a secar al sol o en un horno microondas. No arruine sus pulmones intentando carburar bareta mojada.
- Tenga siempre a la mano una pipa pequeña, en eventos familiares de gran concurrencia es difícil encontrar el lugar y el momento adecuados para un porro. La pipa, el bate, la bala o el artefacto casero siempre son una buena alternativa, práctica y sin mayor pisquero.
- Que no se le crucen los cables, los cables de la luces del arbolito y del pesebre mientras usted camina trabado por la sala de la casa frente a toda su familia.
- Hablando de cables, no mezcle alcohol con thc, las estadísticas demuestran que es un coctel nocivo para celebraciones familiares. Que no se te crucen los cables de la cabeza.

Agüero marihuanero

Para atraer las mejores energías marihuaniles en 2014, hay algunos rituales que todo marihuanero debe seguir. No es necesario tener grandes maletas ni comprar calzones amarillos, solo se requiere moño y buena actitud de fumón.

Los 12 plones
Apenas lleguen las 12 de la noche, tenga listo un porro y échese un buen plon por cada uno de los meses del año que comienza. Eso garantiza que la traba no falte en ningún momento. El plon que lo haga toser identifica el mes del año en que más va a fumar.

La vuelta a la manzana
Después de la medianoche, dele una vuelta a la manzana fumándose un bareto bien grande, eso es augurio de un año lleno de plones en distintos lugares. También de muchos satélites, por aquello de relación manzana - bareta.

Abundancia baretal
Llénese un bolsillo de corinto y el otro de cripy para atraer las buenas energías marihuaniles y para asegurar un 2014 abundante en marihuana de buena calidad.

Que no falte el moño
Envuelva un moño en un billete y guárdelo en la billetera para que no le falte lo del moño y para que el jíbaro no le vaya a subir al precio.

Revista Canábica les desea a todos los agremiados un 2014 lleno de bendiciones, y sobre todo, de plones.

Feliz Año¡¡¡¡¡

sábado, 21 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y prósperos porros





Cerramos un 2013 repleto de trabas y buenos humos. Revista Canábica vio la luz en este año que termina y en pocos meses de existencia consiguió una nutrida audiencia de fieles fumones que se distraban con sus contenidos 100% marihuaniles.
A ritmo de buen marihuanero, lento pero parchado, esta revista -que fue concebida como idea con los porros de hace casi dos años, pero que solo se hizo realidad con los humos de agosto- consolidó su estilo fumón y ya es toda una institución dentro de los marihuaneros locales.
Esperamos que este año de éxitos discretos pero representativos, sea el augurio de un 2014 repleto de cosas buenas para Canábica y para la marihuanidad, porque esta idea no es propiedad exclusiva de los dos fumones que se la distraban, sino que es patrimonio de todo aquel que disfruta acompañar su porro con un producto elegante y con estilo.
Gracias a todos aquellos que prefirieron invertir tres minutos de su tiempo con nosotros antes que biengastarlos en una publicación seria. Esperamos que en este 2014 que comienza podamos seguir regalándole material de primera a sus ojos rojos  y sacándole risas a cada una de sus trabas.

Atentamente

Los marihuaneros a cargo
 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Petro se fue y no alcanzó a hacer lo que los marihuaneros esperaban...


De todas las propuestas estúpidas del alcalde Petro, la única que me gustaba era esa con la que amenazaba tanto a sus contradictores: POT por decreto. Hoy, ante la destitución del mandatario, los marihuaneros nos preguntamos ¿ahora quién podrá ayudarnos?

No conocí la propuesta de Petro, no sé de qué se trata ni en qué consiste, pero solo con el título me conquistó: POT por decreto. Lo primero que pensé es que el Alcalde realmente es un progresista, pues utilizar un término como pot (que en inglés se usa para designar la marihuana) es prueba de que las suyas de son ideas de talla internacional.
Tuve ganas de leer la propuesta, pero con solo oír hablar al Alcalde se me quitaron,
entonces preferí imaginarme como sería una ciudad con POT por decreto: los terrenos de la Alo se destinarían para que los marihuaneros fundan tranquilos, en los humedales se cultivaría la hierba y por ley a cada fumón se le garantizaría un mínimo vital de bareta.
Desde luego, un proyecto tan ambicioso y novedoso no es fácil para un alcalde, ni siquiera para uno que esté acostumbrado a proponer lo más inverosímil sin ningún estudio previo ni sustento. Sin embargo, confiaba plenamente en su capacidad de improvisación y en que, de ser necesario, iba a mandar traer de urgencia viejas máquinas expendedoras de marihuana directo de Amsterdam y aún con ripio de hierba holandesa en su interior.
Pero un lío con el manejo de las basuras hizo que a Petro lo destituyera el Procurador y terminó la utopia marihuanil de la Capital. Para mí, se trató de un asunto de tiempos, pues si primero se hubiera instaurado el POT por decreto que el cambio de modelo en el manejo de basuras, el dulce olor de la fundimia bogotana habría contrarrestado la pestilencia de los desechos no recogidos.  
Con Petro no solo el POT por decreto se va a la basura, también su idea de rehabilitar a los adictos al bazuco con sendas dosis de hierba proveída por el Estado. Lo siento por ustedes muchachos, ya no habrá marihuana distrital.
Además de todo esto, debo confesar que lo que más disgusta de la decisión del Procurador es que yo me sentía de verdad identificado con mi Alcalde, después de todo alguna vez estuvo incapacitado por darse muy duro en la cabeza.






martes, 3 de diciembre de 2013

El Oftal no estaba muerto… andaba de parranda

¡Extra, extra!

Pánico entre la comunidad marihuanil causó el rumor de que habían sido descontinuadas las típicas y salvadoras gotas Oftalmotrisol. Canábica confirmó que el medicamento milagroso contra el ojo rojo aún se fabrica.

                                         Hoy, martes 3 de diciembre, el Oftal todavía existe.

En las últimas semanas los fieles clientes del Oftalmotrisol se encontraron con un desabastecimiento generalizado del medicamento en Bogotá. Se llegó a pensar que las gotas, que encubren los rastros oculares de la traba, habían sido descontinuadas.
“Tenía una comida donde mi tía y no podía llegar con los ojos rojos. Recorrí las droguerías del barrio y, como no encontré Oftal, me tocó comprar unas Eye Azul que me hicieron arder hasta el culo y no me sirvieron para nada”, le contó un marihuanero local a un equipo periodístico de Canábica que se abstiene de publicar su nombre por razones estrictamente marihuaniles (se nos olvidó preguntárselo).
Como este, eran muchos los afectados en la ciudad a quienes no les alcanzaba para comprar Albasol y se negaban a usar Eye Azul. Para ellos, la respuesta de los boticarios de barrio era que la solución oftálmica, fabricada por el laboratorio Incobra de Barranquilla, ya no se comercializaba.
Sin embargo, luego de varias semanas de ojos rojos, Canábica, consciente de su compromiso con la marihuanidad, se dio a la tarea de averiguar qué pasó con las famosas gotas, fieles compañeras del colino en su vida social, laboral y familiar.
Según pudo establecer esta revista, el Oftal, como buen barranquillero: no estaba muerto…andaba de parranda.
Un vocero de Incobra, en diálogo con Canábica, manifestó que los fumones no tienen por qué temer, pues calificó el desabastecimiento como temporal y lo atribuyó a una pausa en la producción de la cual no dio más detalles. “Eché, si acá estamos produciendo de eso a la lata y estamos que lo mandamos pa’ Bogotá”, agregó.
Teniendo en cuenta el ritmo de producción de un costeño trabado, las droguerías de la Capital estarán completamente abastecidas a principios del próximo año. Sin embargo, este medio comprobó que la solución oftálmica, en su presentación de 15 mililitros, ya está disponible en almacenes de cadena y supermercados.

La ciencia puesta al servicio de los marihuaneros
El oftalmotrisol, formulado originalmente para lubricar y limpiar la retina, es famoso entre los marihuaneros porque blanquea el ojo al instante y sin ardor. Su efecto blanco porcelana enmascara hasta la mejores y más fuertes trabas, lo que lo hace perfecto para el fumón que no le gusta llegar con los ojos pepos a reuniones familiares, citas laborales, encuentros académicos y otros eventos sociales.
Aunque es de venta controlada, las Oftal, como las denominan los agremiados, se venden en cualquier droguería de barrio y sin restricción a un costo aproximado de $13.000
Por cada miligramo (aproximadamente 20 gotas), la solución contiene:
Nafazolina clorhidrato………………….1 mg.
Ácido bórico……………………………..12 mg.
Vehículo………………………………….c.s.

Gotas, pines, gotox o simplemente ciencia, las Oftal no pueden 
faltar en la mesita de noche de un buen marihuanero.



martes, 12 de noviembre de 2013

Desplomes y otras maneras de darse en la cabeza en la Nacho


La irónica y marihuanil historia de Camilo Ernesto, el típico estudiante que va a la Nacional a darse en la cabeza.



Como buen alumno de la Universidad Nacional, Camilo Ernesto combina sus estudios con sendas dosis de hierba en el que podría ser el fumadero a cielo abierto más grande y acogedor de Colombia: el campus de su Alma Máter.

La de Camilo bien podría ser la historia de cualquier fumón de universidad pública colombiana, que muchas veces ha visto frustrado su intento por estudiar por culpa de paros, bloqueos o simplemente porque los edificios se vinieron al piso; pero que en cambio ha tenido éxito en cada una de las ocasiones en que se ha propuesto fumarse un porro en las instalaciones académicas.

A pesar de los cuatro semestres de fuma intensa, el episodio que le sucedió la semana pasada no se lo hubiera podido imaginar ni en sus mejores trabas. Ese día Camilo Ernesto salió de su casa con una consigna: “hoy me voy a dar en la cabeza”. Su plan era entregar un importante trabajo en la facultad de Derecho y Ciencias Políticas para luego autopremiarse con un kenke en La Playa.

Sin embargo, Camilo Ernesto terminó dándose en la cabeza antes de lo planeado. Mientras corría presuroso por el pasillo de su facultad con su informe en la mano y pensando únicamente en la recompensa, un pedazo del techo le cayó encima y le dio más duro que 10 porros tamaño king size juntos.

Camilo Ernesto se despertó en la camilla de la enfermería y se dio cuenta que era muy tarde para entregar su trabajo. Atontado y fiel a la filosofía marihuanera de trabarse a pesar de la adversidad de las condiciones, igual se pegó su tan anhelado bate y quedó tan turro que no supo qué fue lo que le dio más duro en la cabeza.

Mientras mataba la pata, Camilo Ernesto reparó en las palabras de un burro viejo de esos que pastan en la Nacho por décadas, quien mientras se fumaba un bareto concluyó: “aunque en la Nacional muchas veces no se puede estudiar, siempre se puede fumar”.

jueves, 24 de octubre de 2013

¿A qué sabe la marihuana legal?


Desde que Pepe Mujica dijo que iba a vender moños a un dólar, no he dejado de pensar cómo sería fumarse un bareto 'con todas las de ley'.




Voy a comprar un moño y no llevo las dos lukas en la mano, llego a la olla y no tengo que meter la plata por debajo de la puerta. Esta vez no voy a hacer la transacción con un expendedor de barrio: ahora mi jíbaro es el Estado, el mismo que me decomisaba moños y me madaba a la Upj.

Ya no tengo que esperar una hora en la esquina más visajosa del barrio (donde me boleteo con los vecinos y hasta con mi mamá) para que me lleven la bareta. Tampoco debo hacer la transacción plata-marihuana con un estrechón de mano mientras saludo al man. Simplemente entró, reviso la vitrina, escojo lo que quiero y pago en la caja.

¡Dos lukas un moño! (lo que equivale al dólar que cobra Mujica), solo un expendedor experimentado y conocedor del mercado podría establecer una cifra redonda como esa, perfecta para el marihuano engomado que se enbolata haciendo cuentas.



Me cruzo a los tombos saliendo, pero no me descargo ni cambió mi camino. Ya no pueden robarme lo que llevó a cambio de no subirme al camión, tampoco quitarme la marihuana, ahora hasta ellos la tienen que comprar si quieren trabarse.

Mi habilidad para pegar baretos mientras camino (la misma que practiqué y perfeccioné durante tantos años) ya no es útil. Armarlo ya no es un acto clandestino que debe hacerse a contrarreloj y en estado de alerta máxima. Me siento en cualquier parte y lo pego con la tranquilidad del que obra conforme a la ley.

Por fin lo prendo y me doy cuenta de que la marihuana sabe igual que la ilegal. Lo único que cambio fue el jíbaro y sus estrategias de mercadeo.

martes, 15 de octubre de 2013

Credo del marihuano colombiano

“El que hace producir el pasto para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre…”, Salmo 104:14.




Creo en la hierba
que crece en mi Colombia hermosa,
creadora de la monchi y la risueña.

Creo en la Santa Marta Golden,
la de rubia cabellera,
que fue concebida en la sierra nevada
por obra y gracia de la sabia naturaleza.

Creo en el Corinto todo oloroso
de las montañas del Cauca,
que no tiene nada que envidiarle
a la bareta foránea.

Creo en los moños de dos lukas
y en los baretos de mil.
En el cafuche de la L
cuando estoy amurado
y en un cuarto de cripy en la 93
recién quinceniado.

Creo en la olla del barrio
y en los jíbaros a domicilio.
En los Transmilenios de la 63
y en una traba en la Nacho.

Creo en la Punto Rojo, la Mango Biche
la crespa de pantano y la unión de fuerzas.
Que la traba sea eterna.
¡Fumén!*


*Así sea fumado.

lunes, 7 de octubre de 2013

El Pibe de los marihuaneros


Siempre admiré al Pibe por sus cualidades como armador, y aunque no tengo talento para el fútbol, me las arreglé para consagrarme como el mejor armador… el mejor armador de baretos de mi parche.

Yo soñaba con ser el talentoso, el 10, el administrador del útil, el que maneja los tiempos del juego; y lo conseguí, pero no fue fácil. Como Valderrama, que dio sus primeros pasos en la humilde cancha de Pescaito, yo armé mis primeros baretos -deformes, feos y llenos de huecos- en el parque de mi barrio.



Las divisiones inferiores
Igual que el ‘Mono’, yo empecé viendo desde la banca cómo armaban otros más veteranos. Después, iba a mi casa y en la soledad de mi habitación ponía en práctica las jugadas que había visto hacer a mis ídolos.
Pero los resultados eran desastrosos, tanto así que me sentía el Totono Grisales de la arquitectura marihuanil y terminaba recurriendo a la vieja táctica bautizada por los colinos futboleros con el mote de otro reconocido personaje de nuestro fútbol: El Mísil Restrepo.
La táctica del Mísil (también conocida como misilear) consiste en ese hábito preadolescente de desocupar un cigarrillo sin desarmarlo para luego llenarlo de marihuana y fumárselo. Pronto me di cuenta de que jugando así nunca llegaría a ser un Valderrama, ni siquiera un Totono, y seguí entrenando.
A doble jornada, e incluso quedándome a practicar después de los entrenamientos,  hice todo mi proceso de inferiores y perfeccioné mi táctica hasta que llegó mi momento de debutar.

Nacido para armar
Debutar nunca es fácil. Cuando me dieron la bareta para rascarla me pareció más dura que una defensa de Ochoa Uribe y necesité mucho toque-toque para ponerla a punto.
Hacía más viento que en el estadio de Santa Marta, pero como lo hubiera hecho mi ídolo –otro hijo ilustre de la sagrada tierra de la Samarian Golden-, no me arrugué, pedí el cuero y me puse a hacer lo que mejor me sale: armar.
Pese a los nervios, pude mostrar todas mis condiciones con el útil de juego, que rotó por todo el terreno y resistió todo un picadito de plones largos, caídas y babeadas.
Al final, mis amigos y yo nos dimos en la cabeza casi tantas veces como lo hace Mario Yepes en un partido contra la delantera de Uruguay, y quedamos más trabados que Wílder Medina en día libre.

Ese día me di cuenta que no me quedaba grande la 10 y desde entonces la vengo vistiendo con orgullo cada vez que hay cotejo. Y sépanlo muy bien, pechifríos y sangreyucas: no me la pienso quitar hasta el mismísimo día en que cuelgue los guayos.


viernes, 4 de octubre de 2013

Siembra Canábica por Bogotá

Cada vez que arme un bareto, sáquele las pepas y siémbrelas en la vía pública. Adornemos nuestra Capital con lindas matas de marihuana.


¿Cuántas pepas le saca usted a cada bareto que se arma? Imagínese que todos los marihuaneros de Bogotá sembráramos esas semillas en la vía pública cada vez que nos fumáramos un porro. Ahora imagine la ciudad unos meses después, con sus calles adornadas por miles de pequeños y verdes arbustos de la hierba más alegre de la huerta.
Contribuir para lograr esa ciudad soñada es sencillo, incluso para un marihuanero, solo hace falta seguir estas sencillas instrucciones y en unos meses tendremos una Bogotá más verde, más Canábica.
Primero. Sáquele todas las pepas a la bareta antes de pegar el porro y esta vez, por favor, no las bote en el inodoro ni en la caneca de la basura.
Segundo. Mientras se fuma el bareto, identifique el lugar más apropiado (jardín, matera, zona verde, parque, potrero, separador, etc.) en donde le gustaría ver una planta de la mítica cannabis sativa y siembre allí las semillas.
Tercero. Repita esta operación cada vez que se trabe por las calles de la Capital y cuéntele a sus amigos agremiados para que la acción se replique y llegue a todos los rincones de la ciudad en donde haya un fumón.
Cuarto. Cada vez que se encuentre planta florecida, no importa si usted no la sembró, tómele una foto y envíela a Canábica para construir el álbum de memorias de una ciudad más amable y mucho más fumable.
Agremiado bogotano, Canábica lo invita a poner su pepita de hierba para adornar las grises calles de la Capital y llenarlas del fresco perfume de la mata santa.

martes, 3 de septiembre de 2013

Lalo, el primero que le cantó a Juana

La canción de amor de Lalo a su María Juana
Lalo, el primero que le cantó a Juana
Antes que Manu Chau, Café Tacuba y Pernet, estuvo Lalo Guerrero, el chicano que hace más de 50 años compuso el clásico inmortal Marihuana Boogie, y que se convirtió en uno de los primeros artistas en grabar una canción explícita sobre la ganja. Luego su pegajosa tonada fue interpretada por otros famosos cantantes.
Nadie se explica aun cómo la canción de Lalo escapó a la censura de Edgar Hoover y sus sabuesos del FBI. Lo único cierto es que en 1949 este tema del padre de la música chicana, que supuestamente estaba dedicado a su novia: Juana, terminó convertido en el himno de cientos de miles de amantes de la Dama de los Cabellos Ardientes en Estados Unidos.
“Yo tengo una novia que se llama Juana, pero ya todos los batos le dicen Marihuana”, dice la rola marihuanil que Guerrero y el grupo Los Cinco Lobos grabaron para la disquera Imperial Records de Los Ángeles, California, y que quedó como legado para las futuras generaciones de fumones.
La receta del éxito de Lalo fue mezclar el boogie, pegajoso ritmo de moda por la época, y el consumo de marihuana, muy extendido entonces en las noches de bohemia de la creciente comunidad chicana.
Un agremiado honoris causa (Lalo no era fumón)
Pese a que su canción ha sido un himno y un referente de los marihuaneros por más de medio siglo, Canábica logró establecer que el compositor e intérprete original de Marihuana Boogie no era un consumidor habitual de la hierba a la que le profesó su amor.
En entrevista exclusiva con Canábica, Mark Guerrero, hijo del abstemio pero simpatizante  Lalo, dijo que a su padre le surgió la idea de hacer la canción al ver que la marihuana era una asidua invitada de sus colegas músicos y paisanos a sus fiestas y sesiones de grabación.
“Él me contó que algunos miembros de su banda le dieron a probar el porro cuando era joven. Dijo que le dolió la garganta y decidió que no era buena para su voz de cantante”, agrega Mark al explicar que su padre no era fumón.
De acuerdo con Guerrero Junior, Lalo no volvería probar la hierba que lo hizo tan famoso hasta el invierno de 1986, cuando, para celebrar su onomástico y la navidad, Mark y su hermano le regalaron un delicioso kenke cumpleañero. “Fumamos los tres esa noche, mi papá se rió mucho y la pasó muy bien”.
Un porro que no se termina
El boogie de la Marihuana no se quedaría atrapado en los viejos transistores y en las estaciones de radio de antaño, sino que su seductor buqué llegaría a la pantalla grande en la década del setenta en la banda sonora de la película Zoot Suit de Luis Valdez, referente fílmico de los mexicoamericanos.
Años más tarde y con el boom de la tecnología, cada agremiado del mundo con acceso a un computador puede tener frente a sus ojos y oídos la gran canción que se niega a desaparecer, como si se tratara de un delicioso porro que se resiste a terminarse.
Artistas como Café Tabuna y Manu Chau harían sus propias versiones del himno que nos dejó Lalo y que por siempre vivirá en nuestras gargantas y nuestros pulmones.

martes, 27 de agosto de 2013

Del enchonche y otros demonios

El enchonche no es lo único que produce la marihuana, Canábica es una muestra de lo que se puede hacer estando trabado. Es posible cambiar el embombe por el engome.  

Es la séptima vez que nos proponemos escribir esta entrada y después de muchos intentos fallidos, mediados por varios porros, parece que por fin vamos a liar este asunto.
El motivo de estas tan embolatadas letras es eso que los científicos han convenido llamar "síndrome de desmotivación relacionado con el consumo de marihuana", que no es otra cosa que la dificultad que experimentamos los fumones para concentrarnos o emprender alguna actividad o proyecto, lo que los agremiados conocemos como enchonche.
Un ejemplo de eso es este artículo, que nos habíamos propuesto escribir hace algo más de un mes y el cual, por razones estrictamente marihuaniles, no había sido terminado.
Pero para nosotros no es sorpresa este errático ritmo de trabajo, pues Canábica es una idea que brotó con el humo de los porros que nos fumamos hace año y medio y que solo se hizo realidad a principios de este mes.
La razón por la cual ni este artículo ni esta revista estuvieron listos en el tiempo que lo harían unos editores no agremiados es simple: sus creadores tenemos como política trabarnos antes de cada sesión de trabajo, lo que ocasiona que muchas veces las reuniones se hagan humo antes de concretar un solo párrafo.

La lucha contra el enchonche
Cuando decidimos hacer Canábica sabíamos que el principal enemigo a vencer era ese compañero de tantas y tantas tardes distrabadas frente al televisor: el legendario enchonche. Por eso en Canábica no hay plazos de entrega y consideramos que cada artículo terminado es un pequeño paso para la marihuanidad, pero un gran paso para un marihuanero.
Con el tiempo descubrimos que madurar las ideas con largas horas de tertulia marihuanil da como resultado un producto que tiene un estilo, una calidad y un distrabe únicos, y esa onda es la que queremos para Canábica.
El truco no es evitar el enchonche, es saberlo convertir en un engome productivo -no estamos descubriendo nada, solo contamos nuestra experiencia- . Para nuestro caso esto ocurrió cuando dejamos de hablar por largas horas sobre la revista para dedicar algunos minutos en escribirla.
En ese momento nuestra charla común de "oiga, vamos a hacer el artículo sobre el enchonche" y su respuesta de siempre, "no qué pereza, mejor péguelo", cambió por "prenda ese bareto y empecemos a escribir", aunque muchas veces hiciéramos un solo párrafo. Nos dimos cuenta de que la tenue línea que divide el enchonche y el engome, es escribir en una libreta.

La moraleja que nos deja esta historia de colinos es que, finalmente, hay que hacer, no solo hablar sino convertir las ideas en cosas reales, aunque sean un blog, una cuenta de Twitter y una página de Facebook que ni nuestros amigos marihuaneros visitan.

viernes, 23 de agosto de 2013

"Vamos a darle forma" y otras frases colinas


“Vamos ponernos las chanclas”, me decía un amigo caleño cada vez que me invitaba a que nos fumáramos un porro. Como esta frase, que usaba mi amigo para evitar que los demás compañeros de la universidad se dieran cuenta que lo íbamos a pegar, existen mil claves más dentro de la jerga marihuanil que los parches de fumones utilizan para designar el fantástico acto de ir a trabarse.

Oraciones tan tiernas como “vamos a arropar al baby”, y otras tan ñeras como “vamos a hacerlo realidad”, hacen parte el inmenso repertorio del diccionario de la Real Academia de la Lengua Seca, que Canábica inaugura en sus páginas con este primer aparte.



Armado y pegado de una frase


El marihuano echa mano de lo que tiene alrededor para crear estas ingeniosas y creativas frases con las que designa con estilo que se va a echar unos plones. Oraciones pegajosas que invitan a la fundimia con un toque de humor.


Por ejemplo, en agosto es común decir "vamos a elevar cometa". Asimismo dentro dentro del gremio de los trabajadores del acero se acuñó la popular frase "estaba soldando", que se dice cuando se ve a alguien con los ojos rojos.


Pero el vasto lenguaje marihuanil no se restringe a las palabras. Señas tan clásicas como sostener una pata imaginaria con los dedos y 'echarse un plon', y otras más ñeramente elaboradas, como hacerse un 'toc toc' en un costado del cráneo -para decir "démonos en la cabeza"-; también hacen parte del repertorio.

Este lenguaje marihuanil está en contante evolución y movimiento, por eso Canábica invita a todos los agremiados a que nos cuenten cómo le dicen a sus parceros cuando quieren irse a trabar. 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Marihuano prevenido fuma por dos

El buen marihuano conoce las milenarias reglas de la traba callejera y las respeta, porque sabe que de ello dependen su seguridad y su goce.
Por eso Canábica presenta Las '10' del marihuano, un pequeño decálogo con las normas que todo fumón debe saber y tener en cuenta para evitar que su traba no termine en un UPJotazo.

Las ‘10’ del marihuano
1. Anda ligero
El buen marihuano saca solo lo que se va a fumar, nunca anda más cargado de lo necesario.Esta es la más elemental de las reglas canábicas. El volumen de la bara santa hace difícil esconderla de las autoridades, por eso lo más recomendable es andar con unos pocos gramos para, en caso de ser interceptado por la ley, librarse fácilmente de los cargos.
2. En la juega
Es rápido para pegarlo y evita llamar la atención. Todo colino sabe que entre menos tiempo tarde armando el porro, menos posibilidades existen de ser sorprendido por los tombos. De la misma forma, entre menos llame la atención, la traba pasará desapercibida para los demás y la experiencia será segura y placentera sí mismo.
3. El duende...el que lo pega lo prende.
Regla fundamental para regular la fuma. El que lo pega lo prende, el que pone la bareta va de segundo en la ronda, el del cuero va de tercero y el gorrón, último. Faltar a esta regla es un irrespeto manifiesto para el arquitecto que pone su talento al servicio del carbure.
4. Al que camina Dios lo ayuda
Fumón que se respete nunca se queda parqueado a fumar y siempre la camina. Además, evita las zonas concurridas y las calles principales. Esta es una de las reglas más importantes en cuanto a seguridad marihuanil se refiere. Sentarse en un parque o pararse en una esquina a pegarlo, contrario a lo que se cree, es un error común que debe evitarse, ya que el agremiado queda en evidencia ante una eventual ronda de las autoridades y también es blanco fácil de la odiosa colaboración ciudadana (el sapo que llama a los tombos). Caminarla reduce el riesgo de ser sorprendido y le da al carburante un margen de maniobra en caso de que se acerque una moto o una patrulla.
5. Ni mujeres ni niños
Si cargas en tu consciencia no quieres llevar, mujeres embarazadas y niños en tu camino debes evitar. Evite que su estela de humo se cruce en el camino de niños o mujeres embarazadas. Hasta el más descarado de los marihuaneros debe tener en cuenta ciertas restricciones a la hora de fundir. Los niños y los nonacidos no saben y no deben conocer las cuestiones de la fundimia. Tendrán que esperar para disfrutar de los placeres de la bareta.
6. La avanzada
Si vas acompañado, manda a un colega a la esquina para que le cante la zona. Es una clásica táctica militar en la que la responsabilidad de cuidar cualquier aproximación de la ley recae en el agremiado que no tenga el bareto en su poder. Luego, cuando el porro rueda, los papeles se invierten y quien ya fumó cumple las funciones de campanero, mientras el otrora vigilante se traba.
7. Me fumo lo mío
Un fundidor que sepa sobre su gremio no goterea, compra. No hay nada más fastidioso que un gorrero que no deja fumar en paz. Por eso, el buen marihuano sabe que fumón que se respete porta lo suyo.
Nota: el dicho ‘la marihuana no se niega’, no sirve en este punto.
8. Trábame que yo te trabaré
Un marihuano comparte con otros agremiados, pero está en su derecho de negarle un plon a un chirri. ‘La marihuana no se le niega a nadie’ reza el viejo adagio. El gremio marihuanil es mundialmente conocido por su solidaridad. Todo agremiado salva a su colega varado siempre que pueda, pero no es aceptable ser concha y estar esperando siempre que le lancen el salvavidas, por eso es válido negarle hierba a un chirrite que te importune la traba con su gotereo.
9. Conserva la calma y vencerás
El buen marihuano siempre conserva la calma y sabe tratar a los tombos. Un fumón experimentado sabe que en algún momento de su vida será sorprendido por la Policía trabándose en la calle, pero también sabe que la clave para lidiar con esta situación es mantener la calma, no paniquearse y saber tratar a los servidores de la ley. En pocos segundos el agremiado develará la intención del tombo, que casi siempre será sacar alguna tajada de la contravención. Por eso lo último que hace el marihuano es sobornarlo, y de hacerlo, siempre regatea. Tristemente, el moño que te incautan luego se lo fumarán los cerdos.
10.  La pata tiene la sustancia
La pata se fuma hasta el final y no desperdiciaIndiscutiblemente, la mejor parte del bareto es el final: la pata. El marihuano conocedor sabe que la pata es la que contiene la sustancia, la carne, la proteína, por eso sabe apreciarla y la disfruta hasta hacerla desaparecer. La marihuana, aunque abunda en el universo, no se desperdicia. Si no se quiere fumar la pata, no la bote, guárdela y a final de mes se podrá armar un ‘rey de reyes’.

Nota final: la experiencia marhuanil ha demostrado que estas reglas sí son para respetarlas.

martes, 20 de agosto de 2013

¿Por qué una revista para marihuaneros?

Como colombianos tenemos más derecho que cualquiera en el universo a disfrutar de los frutos de nuestra tierra. Y como hijos de este paraíso marihuanil llamado Colombia gozamos de la potestad constitucional para difundir temas de nuestro interés sin escrúpulos ni moralismos.
Por eso nace Canábica, para que tantos y tantos agremiados tengan un espacio para discutir, contar y distrabarse sus experiencias y reflexiones como fumones.
Nuestra intención es simplemente ser un medio de comunicación de marihuaneros para marihuaneros, donde los integrantes del gremio puedan hablar de sus fumatas sin temor a represalias, comentarios malintencionados o la incomprensión social.
Por el tema que tratamos y lo que somos, sabemos que Canábica va a tener resistencia por parte de algunos sectores de la sociedad, pero es un ejercicio de elemental tolerancia que un grupo personas exprese sus puntos de vista sin ser estigmatizado.
Somos un colectivo de marihuaneros profesionales (gente que tiene un título universitario y que fuma marihuana), personas casuales que decidieron fundar una revista sin ánimo de dañar, afectar o molestar a nadie y que esperan no ser dañados, afectados o molestados en su ejercicio profesional.
Así le damos fuego a la revista Canábica. ¡Fúmese un bareto grande y disfrútela. Bienvenidos agremiados!.